martes, 24 de abril de 2012

Caperucita Roja





Había una vez una chica muy guapa. Su madre le había hecho una capa roja y como a la muchachita le gustaba tanto y la llevaba siempre puesta, todo el mundo la llamaba Caperucita Roja.

Un día, su madre le pidió que llevase unos pasteles a su abuela que vivía al otro lado del bosque, recomendándole que no se entretuviese por el camino. Cruzar el bosque era muy peligroso, ya que el gigantesco lobo siempre andaba acechando por allí. Caperucita Roja metió los pasteles dentro de su cesta y se puso en camino, la chica tenía que atravesar el bosque para llegar a casa de la abuela...

De repente, Caperucita vio al lobo delante de ella… ¡era enorme!
-¿A dónde vas, muchachita?- le preguntó el lobo con su voz gutural
-A casa de mi Abuela - le dijo Caperucita.
No está lejos, pensó el lobo para sí, se dio media vuelta y se fue...

Caperucita puso su cesta en la hierba y se entretuvo cogiendo flores. La abuela se pondrá muy contenta cuando le lleve este hermoso ramo de flores además de los pasteles.
Mientras tanto, el lobo se fue a casa de la abuela, y llamó suavemente a la puerta. La anciana le abrió pensando que era Caperucita.

El lobo devoró a la abuela, se puso su gorro rosa y las gafas, se metió en la cama y cerró los ojos. No tuvo que esperar mucho, Caperucita Roja llegó enseguida, muy contenta. Entró en la casa, se acercó a la cama y vio que su abuelita estaba muy cambiada, y le preguntó:
- Abuela, ¡qué ojos más grandes tienes!
- Son para verte mejor- dijo el lobo tratando de imitar la voz de la abuela.
- Abuela ¡qué orejas más grandes tienes!
- Son para oírte mejor- siguió diciendo el lobo.
- Abuela ¡qué dientes más grandes tienes!
- Son para... ¡comerte mejoooor!- y diciendo esto, el lobo se abalanzó sobre la chica, caperucita esquivo su ataque y, saco su espada oscura que desprendía vaho rojo rebosante de poder.
 Mientras tanto, dos cazadores oyeron el escándalo en la casa, decidieron echar un vistazo a ver si todo iba bien en la casa de la abuelita. Vieron la puerta de la casa abierta y al lobo dando zarpazos a caperucita roja.
Los cazadores sacaron sus armas, el lobo se percato de ello y con un movimiento rápido embistió y rajó el vientre de uno de ellos y decapito al otro. En un despiste del lobo llego caperucita y le cortó una mano, el lobo dio un rugido ensordecedor, golpeo a caperucita con tal fuerza que la desplazo varios metros hasta aterrizar en el arenoso suelo.
 Mientras caperucita estaba medio aturdida por el mal aterrizaje el lobo corrió hacia ella y,  pego un gran salto para aplastarle la cabeza con la mano que le quedaba, en ese instante la espada desato su poder, envolviendo a caperucita en un vaho rojo sangre intenso, sólo dejando ver sus ojos negro azabache y, como si la espada guiara su mano clavo la espada en la garganta del lobo antes de que cayera al suelo después de su gran salto, muerto el lobo, rajo su vientre para haber si todavía seguía su abuela con vida pero no fue así, caperucita juro acabar con la estirpe del gigantesco lobo y erradicarla para siempre del bosque.

Ayose Viera Calvo

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