sábado, 26 de noviembre de 2011

¡¡La ira del Dios Volcán!!


Nuevamente hoy en Porto los capitanes llenaron sus bodegas del mejor ron presente en la ciudad y se aprestaron a echarse a la mar. Pero, en esta ocasión ni el oro ni la codicia empujaban a las tripulaciones a adentrarse en él, más bien era las posibilidades que brindaba el rapto acontecido.  Si queréis conocer toda la historia y su desenlace, adentraos en este relato grumetes… 

Era una fría mañana cuando el Gobernador de Porto, Héctor De Mendoza, recibió un informe acerca de un barco enano que se había hundido durante una terrible tormenta. Tras esta noticia, el Gobernador envió una expedición para recuperar los restos de la embarcación y para asegurarse de que el barco hundido no era el insigne Trueno de Grimnir que había servido para su flota en otras épocas. En este viaje, hubo ciertos inconvenientes debido a la aparición inesperada de nuestro infame Rey Necrófago, Antonio.

Hoy hemos jugado el tercer escenario nuestra campaña de DREEDFLEET:

¡¡LA IRA DEL DIOS VOLCÁN!!

En el cuarto escenario del DREEDFLEET, los barcos insignia de ambas flotas, la Gran Alianza y la del Terror, aparecían de nuevo en escena aunque con dispares objetivos. En esta ocasión ambas flotas sacarían a la luz la mayoría de sus embarcaciones, a excepción del Dragón Marino por parte de la Flota de la Gran Alianza y del Espectro sombrío por la Flota del Terror. Esta misión tenía una duración máxima de seis turnos en los que la flota de la Gran Alianza tenía que recuperar al capitán del Heldenhammer de su cautiverio y llevarlo hasta su embarcación para que lograse escapar. No obstante, no todo sería tan fácil como puede parecer ya que dicho capitán para escapar de su cautiverio tenía antes que matar al Rey Necrófago, Antonio y luego escapar en la embarcación auxiliar que le esperaba. Al final, la flota vencedora se decidiría en función de si el capitán lograba llegar a su barco o moría en el intento.



Inicialmente el barco de la Flota de la Gran Alianza que había empezado en mesa (el Pez Espada, al mando del Capitán Rafa “Sin nudillos”)  se acercó velozmente hasta el volcán para desplegar a su embarcación auxiliar con la misión de ayudar en el rescate del capitán; mientras que la Flota del Terror comenzó su acercamiento hasta la isla aunque su misión oculta sólo era eliminar el Heldenhammer para que el capitán no pudiese escapar. No obstante, esta flota se encontró con un enemigo inesperado que fueron los aliados de la Flota de la Gran Alianza, el Trueno de Grimnir y la Cimitarra Llameante, quienes habían recibido la noticia del rapto y habían acudido en su ayuda.



Por un lado, los barcos de la Flota de la Gran Alianza tenían una difícil misión, interponerse en el asalto que la Flota del Terror estaba intentando llevar a cabo hacia el Heldenhammer. Por otro lado, los capitanes de la Flota del Terror seguían con su plan inicial aunque no con toda la suerte que desearían, puesto que en su camino se interpusieron, además de los barcos enemigos, determinadas circunstancias que les encaminaban al no cumplimiento de su objetivo.




En esta ocasión, la fortuna le cambió al Capitán Daniel “Peluchitos”, gobernante del Skabrus, a quién  se le presentó un duro compañero contra quien enfrentarse (la Sierpe de Sangre) quien le entretuvo demasiados turnos, desviándole de su misión. Además, el resto de capitanes de su flota tampoco tuvieron demasiada suerte: el Kraken Negro, quien parecía el único capaz de cumplir su misión, sucumbió ante los azares del destino y abandonó los mares antes de lo necesario; la Parca Sangrienta, se entretuvo con los aliados de la Gran Alianza y desviándose del hundimiento del Heldenhammer; por último, la Maldición de Zandri a pesar de tener un mal comienzo en donde recibieron cuantiosos daños, lograron sobrevivir y separar al Pez Espada de su función de guardián del Heldehammer. Mientras el Capitán  del Heldenhammer lograba eliminar al Rey Necrófago y huir en su embarcación auxiliar hasta ponerse a salvo en su barco.
Así, el Capitán Caldentey, al mando de la Flota de la Gran Alianza, junto a la inestimable ayuda (¡por una vez!) de su grumete, el Capitán Rafa “Sin nudillos, logró una victoria moral puesto que la defunción del afamado capitán del Heldenhammer podría haber supuesto un duro golpe para su flota.



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